El domingo 26 de abril del año 2015 podría haber sido un domingo cualquiera. Ese día se celebraba la Maratón de Londres y, como todos los años, el evento paralizaba las calles de la ciudad. Hasta ahí, todo discurría según lo previsto, sin ningún acontecimiento remarcable. Sin embargo, ese día decidió correr la maratón la artista estadounidense Kiran Gandhi (también conocida como Madame Gandhi) y decidió correrla sangrando. Había comenzado a menstruar la mañana de la carrera y optó por salir sin una compresa, un tampón, o cualquier otra medida de gestión de su sangrado. Lo hizo con total conciencia y con una intención muy clara: visibilizar el estigma y tabú que todavía, y aún más hace diez años, rodea el sangrado menstrual; y, por otra parte, denunciar la pobreza menstrual que sufren personas que menstrúan alrededor de todo el mundo. En sus propias palabras, compartidas en una entrada de su blog: “I ran with blood dripping down my legs for sisters who don’t have access to tampons and for sisters who, despite cramping and pain, hide it away and pretend it doesn’t exist. I ran to say, it does exist, and we overcome it everyday”.i
La historia de la maratón de Kiran Gandhi dio la vuelta al mundo y, sumada a las acciones de visibilización del sangrado de otras artistas y activistas (por ejemplo, la serie de fotografías de la artista Emma Arvida Bystrom publicadas en VICE en 2012)ii provocó que el movimiento del sangrado libre resurgiese con fuerza en las conversaciones y en las redes sociales.
¿Qué es el sangrado libre?
El sangrado libre hace referencia a no utilizar productos de higiene menstrual que recojan el sangrado y, de alguna forma, lo invisibilicen. Sangrar libremente es permitir que la sangre menstrual fluya sin ningún tipo de barrera.
No todas las personas que practican el sangrado libre hacen visible su sangre menstrual. Aunque no hay estudios ni datos al respecto, sí hay testimonios en los que se habla de detectar cuándo la sangre está descendiendo por el canal vaginal y aprender a retenerla con movimientos concretos del suelo pélvico, para liberarla cuando se tiene acceso a un baño, como sucedería con la orina. En estos testimonios, las personas mencionan que menstruar de esta manera les ha llevado a un autoconocimiento profundo de sus propios cuerpos y una conexión con sus ciclos menstruales que, con el uso de productos, no tenían.
Esto evidencia que el sangrado libre no es solo una práctica relacionada con el activismo y la visibilización, si no que hay mujeres y otras personas que menstrúan que lo escogen de manera personal como método de gestión menstrual. El cuidado del cuerpo, el conocimiento del ciclo o las sensaciones de libertad y autoconfianza, son algunas de las ventajas más evidentes de esta elección.iii
¿Es el sangrado libre un privilegio?
A lo largo de la Historia, las personas que menstruamos hemos buscado formas de convivir con el sangrado menstrual, siendo una de las más habituales el sangrado libre. Una de las razones principales para que esta fuese la opción escogida, tiene que ver con la inexistencia de dispositivos específicos de higiene menstrual -en su mayoría, se utilizaban trapos o materia vegetal absorbente, como el musgo-. Otra de ellas se relaciona con el estigma y tabú menstrual que nos acompaña desde siglos atrás, ya que las mujeres sangraban “libremente” porque se las obligaba a hacerlo en la intimidad de sus hogares y se las alejaba de toda vida social y pública durante esta fase del ciclo.
Si analizamos estas dos razones, nos damos cuenta de que el adjetivo libre resulta bastante inadecuado para esta práctica. ¿Cuántas de estas personas elegían libremente su forma de vivir el sangrado menstrual? ¿Cuántas mujeres y personas que menstrúan, a lo largo de la Historia y en la actualidad, han podido y pueden tomar decisiones sobre sus propios cuerpos?
El sangrado libre es realmente libre cuando podemos elegirlo porque nuestras circunstancias socioeconómicas y culturales nos permiten vivirlo desde esa libertad. Menstruar libremente requiere de ciertos privilegios que no son accesibles para todas las personas: un entorno con unas facilidades sanitarias que me ayuden a vivir ese sangrado con higiene y exento de riesgos para la salud; un trabajo o contexto económico que me permita sangrar en la ropa sin que eso implique una pérdida de mis condiciones laborales; un entorno social y cultural que comprenda, esté educado e informado y no estigmatice las decisiones que tomo sobre mi cuerpo; una salud mental que me permita asumir los costes emocionales que, todavía hoy, implica menstruar públicamente y, sobre todo, la libertad de elegir esta opción porque tengo acceso a todas las otras vías de gestión menstrual a las que puedo acudir si lo necesito.
A veces intento imaginar cómo sería explicarle esta idea occidentalizada e instagrameable del “sangrado libre” a una mujer que vive en Nepal y que se ve obligada a recluirse en casa durante el tiempo que dura su menstruación o, por ejemplo, a una persona que vive en un campo de refugiados y carece de los medios de salud suficientes para vivir su sangrado de forma higiénica y sin que suponga una vergüenza dentro de su comunidad. O, incluso, a veces pienso en cómo se lo explicaría a mi madre u otras mujeres de su generación; ellas que han hecho tanto para que podamos menstruar y trabajar, ir a la escuela, hacer deporte o tener vida social como cualquier otra persona en cualquier otro momento.
Sangrado libre para reivindicar nuestras decisiones.
Sangrar libremente es o debería ser un derecho de todas las mujeres y personas que menstrúan en todos los rincones del mundo, entendiendo por “sangrado libre” aquel en el que cada una toma las decisiones para gestionar su menstruación y su salud sexual que mejor se ajusten a sus circunstancias, necesidades y deseos personales.
Como dice la tan viralizada frase, “que el privilegio no nos nuble la empatía” y que nuestro activismo para la visibilización menstrual no pierda de vista las realidades diversas en las que las personas menstruamos a lo largo y ancho de este planeta.
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Ilustrada por María Cuadrado, encuéntrala en Instagram como @hadalunaria
Bibliografía
i Kiran Gandhi. Sisterhood, blood and boobs at the London Marathon 2015. London: Kiran Gandhi, 26/04/2015 [consultado 17/02/2025]. Disponible en: https://madamegandhi.blog/2015/04/26/sisterhood-blood-and-boobs-at-the-london-marathon-2015/
ii Emma Arvida Bystrom. There will be blood. VICE: Emma Arvida Bystrom, 06/06/2012 [consultado 17/02/2025]. Disponible en: https://www.vice.com/es/article/there-will-be-blood/
iii Leticia Chamorro Chueca. Vaginas libres: guía para conseguir una menstruación libre. 1ª edición. Madrid: Anaya Multimedia; 2025.