ENTREVISTA CON WIDAD MOHAMED FADEL: MENSTRUANDO EN UN CAMPO DE REFUGIADAS

Menstruar es un factor de desigualdad de género que atraviesa el mundo, sociedad por sociedad. No por el fenómeno biológico que da lugar a la menstruación (las prostaglandinas no tienen nada que ver) sino por la significación política, por el lugar que ocupa la mujer (y su útero) en la historia que nos cuentan. El problema no es sangrar, es sangrar en un mundo escrito y configurado por hombres donde la mujer y sus procesos, como poco, se quedan al margen

¿Cómo es menstruar con recursos económicos limitados? ¿Cómo es menstruar en un campamento de refugiadas, sin agua, sin privacidad y muchas veces sin productos?

Hemos hablado con Widad Mohamed Fadel, presidenta de Hijas del Sahara, una asociación sin ánimo de lucro que lucha por los derechos de las mujeres desplazadas en los campos de refugiadas para que nos lo cuente. El resultado es esta bonita entrevista:

P: ¿Quién es y a qué se dedica hijas del Sahara?

Hijas del Sahara es un colectivo feminista con el objetivo principal de visibilizar la lucha de la mujer saharaui, tanto de las mujeres que están en campos de refugiados como de las que están en los territorios ocupados del Sahara Occidental por Marruecos.

El objetivo principal de este colectivo es recaudar fondos para ayudar a nuestras hermanas que residen en los campamentos. Es verdad que las ONG suelen enviar alimentos y ropa, pero no se centran mucho en el tema de los productos higiénicos, un factor bastante importante.

En cuanto a nosotras, vamos a cumplir dos años. El colectivo está formado solamente por chicas, la mayoría de las cuales vivimos aquí, en la diáspora (dispersión de grupos étnicos o religiosos que han abandonado su lugar de procedencia originaria), mientras otras compañeras están en los campamentos y nos ayudan también cuando queremos enviar cualquier cosa. Son la mano que tenemos allí.

P: ¿Dónde trabajáis exactamente? ¿En qué campos de refugiadas saharauis tenéis presencia?

No trabajamos en un lugar concreto de los campamentos, ya que nuestra intención es ayudar en todo el campamento saharaui. El campo se divide en zonas llamadas dairas. Un campamento de refugiadas es como una ciudad dividida en pequeños pueblos, por así decirlo. Cada una de nosotras procede de una daira, es decir, de un lugar del campamento diferente, pero nuestro objetivo es ayudar en todas partes del campamento en su conjunto.

La mayoría de las chicas que viven en los campamentos no tienen acceso a productos y utilizan trapos o cualquier otra cosa

En el campamento hay miles de personas. Se sitúa en Tinduf, al sur de Argelia, en mitad del desierto del Sahara. Es una zona bastante grande, pero no hay que olvidar que es un campo de refugiadas. No es que digamos que tenga pueblos ni ciudades, pero para que la gente pueda ubicarse se le asigna un nombre a cada parte (daira) del campamento.

P: ¿Cómo habéis detectado la necesidad de dispositivos menstruales en los campos de refugiadas saharauis?

En verano de 2019 viajé a los campamentos y fue entonces cuando mis primas me comentaron que necesitaban productos de higiene menstrual. Ellas decían que las ONG entregaban los productos. ¿Un paquete cada seis meses? Imagínate. Me explicaban que la gestión menstrual les resultaba bastante difícil tanto a ellas como a sus amigas. La mayoría de las chicas que viven en los campamentos no tienen acceso a productos y utilizan trapos o cualquier otra cosa. Rara vez se encuentran en las tiendas y cuando se encuentran son muy caros, sinceramente.

Fue entonces cuando pensé en recaudar fondos para comprarlos y enviarlos. Al volver del viaje se lo comenté a mis amigas, ya que siempre hemos estado juntas en las manifestaciones y en la lucha. A partir de ahí, empezamos a formar la asociación y ver cómo podríamos ayudar. Por ahora no hemos podido contribuir mucho, pero aún estamos en ello.

P: ¿Podríais darnos una definición genérica de que es un campo de refugiadas?

Un campo de refugiadas, por así decirlo, es un lugar en el que vives temporalmente. No es para vivir para siempre, aunque desgraciadamente el pueblo saharaui lleva ya 45 años viviendo en ese campo de refugiadas. Al inicio era nada, era un trozo de desierto. A partir de ahí, empezaron a hacer jaimas y construyeron casas, pero de bloques de arena. No tenían ni cemento. El campo no es una ciudad, no es un pueblo. No hay casas ni agua potable. Ni siquiera hay luz. Algunas personas compran una batería, y con ella, logran encender luces por la noche. Para el agua, una vez al mes va un camión y llena las cubas. Con los años, la gente ha ido tratando de mejorar las condiciones de vida.

La mujer saharaui ha sido la que ha levantado de la nada la sociedad

Las tiendas las hacen los propios saharauis. Después de llevar muchos años viviendo de esa forma aparecieron los comercios, ya que, como en todos lados, para crear una sociedad se empieza por ellos. Los productos vienen de Argelia, ya que es al fin y al cabo quien nos presta ese territorio. No es un comercio igual al que hay en una ciudad, sino que es como un almacén que alberga las cosas básicas que se necesitan. Por supuesto, alguien que llega de fuera al campamento nota la diferencia, y viceversa.

P: ¿Cómo es el día a día de una mujer en un campo de refugiadas saharauis?

Yo siempre digo que la mujer saharaui ha sido el pilar de esta lucha, la que ha levantado el pueblo saharaui desde cero. Cuando empezó la guerra con Marruecos, y en la marcha verde éste invadió el Sahara Occidental, muchos saharauis tuvieron que abandonar su tierra por seguridad y refugiarse en el desierto que hay al sur de Argelia. La mujer saharaui ha sido la que ha levantado de la nada la sociedad, desde ese desierto que nos prestó Argelia.

Imagínate en mitad de la guerra… si no fuera por las mujeres saharauis el pueblo saharaui no estaría hoy en día existiendo. Si no hubieran sobrevivido a todo eso que pasaron en el 75 el pueblo saharaui no sería lo mismo. Yo creo que la mujer saharaui siempre ha llevado dentro esa supervivencia. En un campo es lo mismo: llevar tu familia, llevar la casa, llevar tu hogar… Son ellas las que hacen las tareas del hogar, hacen todo. Yo admiro mucho a la mujer saharaui, de verdad. Se sacrificó mucho por su pueblo, y aún lo sigue haciendo.

P: ¿Se enfrentan las mujeres a situaciones más complicadas por el hecho de ser mujeres?

Por supuesto. Pero eso pasa en cualquier parte. Además, hay que tener en cuenta que es una sociedad musulmana. No solo por la religión, sino también por la cultura y la sociedad en general, donde también falta bastante educación. La mujer es quien lleva la casa, la que tiene que cuidar a los hijos.

En un campo de refugiadas es muy difícil ver a una mujer trabajar con su propio salario. Generalmente son los hombres quienes hacen eso. Se enfrentan muchas veces a situaciones machistas que no merecen. Y lo que más me frustra es que muchas de ellas lo ven como algo “normal”. En todo caso, la mujer saharaui siempre se ha mantenido en pie en esta lucha, ha sido la madre que ha alimentado y cuidado al pueblo saharaui constantemente, y le deben mucho por ello.

P: En un campo de refugiadas saharauis en el que ya están coartados muchos de los derechos humanos más básicos ¿se acrecientan las desigualdades de género?

Si, hay mucha desigualdad. Como he dicho, se nota en los trabajos. Rara vez vas a ver a una mujer conduciendo, no porque esté prohibido, sino más bien porque la sociedad lo ve como una cosa para hombres. También es extraño encontrarte a una mujer ejerciendo como policía o en un puesto que da cara al público.

la mujer saharaui, ha sido la madre que ha alimentado y cuidado a su pueblo

La mayoría son amas de casa, se quedan en su hogar y cuidan a la familia. Siempre están detrás. Lo peor de todo es que hasta en la mentalidad de las propias mujeres lo entienden como normal, cuando no es así. Y la culpa no es de ellas, sino más bien de la educación que han obtenido y a lo que les han enseñado desde pequeñas. Si yo, por ejemplo, me hubiera criado toda mi vida en los campamentos, probablemente terminaría pensando igual.

P: ¿Qué producto de higiene menstrual utilizan las mujeres en los campamentos saharauis? ¿Está su acceso garantizado?

Como te decía antes, cada seis meses reciben ayuda humanitaria, principalmente de Argelia y España, y se le entrega un paquete a cada chica. El paquete suele tener una caja de compresas, un champú y gel. Sin embargo, es insuficiente, pues cuando se les acaba pasan a usar trapos o cualquier otra cosa. Lo que queremos en Hijas del Sahara es que cada mujer tenga, al menos, más de un paquete garantizado de compresas al mes.

P: ¿Qué opináis sobre la copa menstrual como opción en los campos de refugiadas saharauis ? ¿Qué dispositivos consideráis más interesantes para estas mujeres?

Depende de cada mujer. Algunas se sentirán mejor con copa menstrual, otras no tanto. En el Sahara se suele utilizar compresa o pañuelos… hasta el tampón es un tabú, ¡imagínate la copa menstrual! Está mal vista porque dicen que con ella puedes perder la virginidad. Yo nunca he visto a nadie que la use, ni tampón. Entonces hay que tener mucho cuidado, ni siquiera estoy segura de que sepan que existe la copa menstrual.

P: Pero es un tema de tabú y educación menstrual, ¿no?, porque la copa menstrual podría solucionar el tema del acceso a los productos de higiene menstrual, ya que una copa puede durar hasta diez años.

Exacto, porque está mal visto. Se necesita educación más que nada, que alguien hable de ello y las anime a eliminar las ideas que les impide utilizarla. Yo, por ejemplo, nunca me he atrevido a utilizar un tampón. Nuestra sociedad te crea la idea de que eso es malo, que puede causarte daño. Es tal la presión social a veces que acabas pensando de la misma manera.

P: ¿Las infraestructuras, como puedan ser los baños, tienen en cuenta las necesidades especiales de las mujeres?

Sí, baños sí que hay, pero los baños no son como aquí. Aquí hay váteres con agua. Allí no hay agua ni papel. Un baño es un pozo, un agujero. Para poder usar agua tienes que recurrir a la que te entregan una vez al mes, y si quieres papel, tienes que comprarlo. A mí, personalmente, el uso del papel para la menstruación me parece más higiénico a veces que el agua.

P: Siendo una sociedad con tanto tabú alrededor de la menstruación y del cuerpo femenino y sus procesos, menstruar con disimulo debe ser más complicado en esta situación ¿Podríais contarnos un poco más de esto?

La verdad es que no se suele hablar sobre la menstruación en público. De pequeña, cuando te baja la regla hablas con tu madre y ella te explica qué debes hacer. Decir “hoy estoy mala porque tengo la regla” o “no me encuentro bien” está muy mal visto y no sirve como excusa. Incluso el hecho de mancharte delante de un hombre es algo que ven fatal.

Su madre le regañó. La llamó irresponsable, que cómo se había podido manchar, que además la habían visto sus tíos, que era una maleducada

Recuerdo una historia que me marcó mucho cuando tenía yo 14 años. Estaba en familia, con mis tías y mis tíos. Mi prima se levantó y estaba manchada. Nadie dijo nada pero todos lo vimos. En privado su madre le regañó hasta que se puso a llorar. La llamó irresponsable, que cómo se había podido manchar, que además la habían visto sus tíos, que era una maleducada, una sinvergüenza… A la pobre era la primera vez que le había bajado la regla, y no tenía ni idea de qué era eso ni de qué le estaba pasando.

La culpa no la tienen ellas, la culpa la tiene la sociedad, que debe admitir que es algo natural y normal. No tiene nada que ver con la religión, es natural como comer o beber, y debería enseñarse así. Me chocó un montón ver a la muchacha llorando, ¡ni que ella tuviera la culpa! Desde luego, no la tenía.

P: ¿Hay algo que las mujeres no pueden hacer cuando están menstruando?

Sí, por ejemplo, en el Islam cuando una mujer tiene la regla no puede rezar, no puede hacer el ramadán, pero solo durante esos días que tienes la regla. Una vez que termina el periodo, ya sí se puede. También ocurre con las relaciones sexuales (pero esto ya no tiene que ver con la religión, sino culturalmente). Supuestamente no puedes mantener relaciones, y así con muchas otras cosas, ya que tampoco puedes ir a la mezquita hasta estar pura. Así es como lo entienden mis tías, por ejemplo.

P: ¿Está invisibilizada la menstruación en el contexto de los campos o por el contrario las mujeres hablan de ella y demandan lo que necesitan naturalmente? ¿Es diferente entre las mujeres jóvenes y las mujeres mayores?

Sí, la regla se invisibiliza. Yo creo que en los colegios se debería explicar más. Hablar de ello, pero no solo por las niñas sino también por los niños, es algo que deberían saber todos los niños desde pequeños para que se vea con total normalidad, y eso en los colegios no se hace. Muy pocas veces entre mujeres se habla del tema, y si se habla es con mucha timidez: no hables muy alto, que te van a escuchar.

Si una chica no es capaz ni siquiera de cuidarse al tener la regla, piensan que no es una buena mujer, no es una mujer limpia

A ojos de la sociedad, si una chica no es capaz ni siquiera de cuidarse al tener la regla, piensan que no es una buena mujer, no es una mujer limpia, no es una mujer conservada.

En segundo lugar, es verdad que el tema de la menstruación es llevado mejor por las mujeres mayores, al tener más experiencia y al llevar más años. Las jóvenes lo tienen más difícil, ya que no pueden hablar el tema prácticamente. Al final van aprendiendo de las amigas o de la madre. Pero es esencial que al principio se dé esa educación menstrual.

P: ¿Se conoce y se trabaja el tema de la educación menstrual?

En Hijas del Sahara queremos mejorar la educación menstrual a través de las chicas que nos ayudan en los campamentos. Hay otras asociaciones que se encargan de ir a los colegios de los campamentos, dar charlas e intentar visibilizarlo. Aunque muchas veces no se lo permiten. Además es solo para chicas, cuando considero que debería de ser también para los chicos.

Necesitan esa educación. Las niñas deberían saber al menos cómo se utiliza la compresa, porque imagínate que está sola, le baja la regla y no sabe ni siquiera como ponerse una compresa. O niñas que no tengan madre, que solo vivan con el padre. En eso también estamos en Hijas del Sahara, en llevar a cabo la tarea de visibilizar la menstruación.

SOBRE WIDAD:

Widad llegó a España en un programa social “vacaciones en paz” con ocho años. Pasó dos veranos con dos familias adoptivas diferentes. En 2009 volvió, esta vez con sus padres y se quedó a vivir. Sus padres querían darle una educación mejor. La educación es un tema muy complejo: si estudias en Argelia el título no se reconoce y no te permite trabajar. La otra forma que queda es autodefinirse como marroquí. Si viven en campos de refugiadas es porque quieren que se resuelva el conflicto y se recupere el Sahara, su país. Desde el 2009 ha vuelto muchas veces a los campos, con su Melhfa y sus convicciones. Widad vive en diferido la realidad de los campos y lucha activamente por la libertad de su pueblo y de sus hermanas.

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2 comentarios sobre “ENTREVISTA CON WIDAD MOHAMED FADEL: MENSTRUANDO EN UN CAMPO DE REFUGIADAS

  1. Un artículo muy interesante. Cuando vives en una sociedad como la nuestra no tenemos en cuenta las dificultades que tienen las mujeres en otras partes del mundo.

  2. Impresionante este testimonio. Hay partes que me resuenan y son comunes con la sociedad que recuerdo de cuando era pequeña. Qué necesaria la solidaridad entre mujeres. La verdad es que no nos paramos a pensar que en la ayuda humanitaria están incluidas las necesidades de las mujeres, lo que las hace aún más olvidadas. Excelente artículo, Rocío. ¡Enhorabuena!

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