ANATOMÍA DE LA MENSTRUACIÓN

Breve y visual repaso de los órganos y partes que intervienen en el proceso de la menstruación. Un juego en equipo de nuestro cuerpo que culmina cada mes con la oportunidad de una fecundación o en su defecto, con nuestra semana menstrual.

Para conocer el funcionamiento de nuestro cuerpo, para poder explicar qué nos ocurre y hablar de ello, debemos conocer cómo somos. Queremos hacernos conscientes y conocedoras de nuestra menstruación. Parémonos y, antes de nada, aprendamos cómo es nuestra anatomía.

Los órganos que componen nuestro cuerpo se comportan como máquinas independientes. Cada uno tiene función propia y, a su vez, están necesariamente interrelacionados con otros sistemas que les dan la capacidad de ejecutar su acción correspondiente.  Los procesos que intervienen en la menstruación dependen del aparato genital femenino. Un conjunto de órganos que se encarga de la reproducción, albergado en ese “nido” que forma la pelvis. Estos órganos trabajan relacionándose con el exterior a través de los genitales externos y con el interior del cuerpo, por medio del sistema hormonal, en los genitales internos.

Por lo que, dentro de nuestra anatomía, los “encargados” de la menstruación son los genitales femeninos internos y externos. También es importante mencionar el papel del hipotálamo y la hipófisis, encargados de la secreción hormonal.

En este artículo, queremos hacerte conocedora de tu anatomía. Empezaremos desde lo que vemos, hacia lo que no vemos. De genitales externos a genitales internos. Hoy daremos más protagonismo a aquellos componentes que participan activamente en nuestro ciclo menstrual. No por ello, los demás tienen menos valor para la mujer. No nos olvidamos de que cada uno tiene su función en nuestro cuerpo y todos son igual de importantes.

Los genitales externos

Lo primero de todo: los genitales externos. Que sean visibles, no quiere decir que los conozcamos ni que, muchas de nosotras, nos asomemos a verlos. Son los que nos conectan y protegen del exterior. También habrás oído hablar de ellos como vulva.En ella, se distinguen varias partes, muchas de ellas no están íntimamente relacionadas con la menstruación, pero también las mencionaremos.

Genitales externos

  • MONTE DEL PUBIS O MONTE DE VENUS. Está apoyado sobre la llamada “sínfisis del pubis”. Una zona carnosa de tejido adiposo cubierto por piel y vello pubiano. Presenta glándulas sebáceas productoras de hormonas. Conforma la unión entre los genitales externos y la pared abdominal.

  • LABIOS EXTERIORES. son dos repliegues de piel y tejido adiposo, voluminosos y carnosos que se extienden desde el pubis hacia atrás y por abajo hasta el ano. Conforma la parte final del ligamento redondo, que sostiene los genitales internos. Posee glándulas sebáceas y sudoríparas. Antes de la adolescencia, característicamente, los labios mayores son de menor tamaño y los que sobresalen a la anatomía son los labios menores. Por supuesto, cada mujer es especial y diferente y con esto, su anatomía. El nombre no define el tamaño. Hay vulvas en las que los llamados “labios exteriores” son de menor tamaño que los «interiores» y son éstos los que sobresalen. Esto es la maravilla de la diversidad.

  • LABIOS INTERIORES. Son pliegues de piel más delicados, sin glándulas ni vello. Rodean específicamente la entrada de vagina y uretra (el vestíbulo de la vagina). La uretra, aunque no forme parte del aparato genital, se ve íntimamente relacionada con ellos. Los labios interiores están muy vascularizados y tienen capacidad eréctil. Poseen gran número de terminaciones nerviosas que los convierten en una zona especialmente sensible.

  • CLÍTORIS. Se trata de un tejido eréctil (con capacidad para llenarse de sangre) localizado en la unión superior de los labios interiores. La zona que podemos ver es solo parte del órgano. El resto, los llamados cuerpos cavernosos, son dos cilindros escondidos bajo la piel que se extienden hacia adelante desde la zona del ano alrededor del orificio vaginal (de atrás hacia adelante) hasta formar el clítoris. Otra parte del mismo tejido, se localiza en la pared vaginal. La inervación del clítoris está formada por más de 8.000 terminaciones nerviosas. Por ello, se trata de un tejido tremendamente sensible, íntimamente relacionado con el placer femenino.

  • ORIFICIO INFERIOR DE LA VAGINA. Es la entrada a la vagina, a los genitales internos. Por aquí sale nuestra sangre menstrual. Se trata de un conducto donde se posan las glándulas vestibulares mayores, que ayudan a lubricar la entrada vaginal. Rodeándolo, se encuentra el himen (del griego hymén, membrana) que cierra parcial o totalmente la salida de la vagina.

Los genitales internos

En los genitales internos culminan cada mes, todos esos procesos hormonales que llevan consigo la menstruación. Es la zona de nuestro cuerpo donde ocurren los principales cambios en cada ciclo hormonal.

Genitales internos
  • VAGINA. Es el conducto muscular que relaciona el útero con el exterior. Tiene una longitud aproximada de 10 cm. Su pared está formada por músculo liso, de contracción involuntaria, recubierta por una capa mucosa. Esta secreta sustancias lubricantes, producidas tanto por las células que la forman como por las glándulas que se encuentran en el cuello uterino. La mucosa propia de la vagina favorece a su vez el mantenimiento de la flora bacteriana propia. En su zona más baja, se encuentra el esfínter, un músculo estriado de contracción voluntaria. La vagina sirve de conducto hacia el exterior para la sangre y los restos endometriales tras cada ciclo menstrual, así como de canal durante el parto. Es uno de “nuestros esenciales”. En la vagina colocamos algunos de nuestros productos de higiene menstrual como la copa vaginal o el tampón.
  • ÚTERO. Aquí ocurre toda la magia. Aunque se trate del mismo órgano, con características similares, vamos a separarlo en dos bloques: el cuello uterino o cérvix, y el cuerpo del útero.
  • Cuello uterino, nuestro conocido CÉRVIX. Es la parte inferior del útero que comunica con el conducto vaginal. Durante el ciclo hormonal, éste cambia sus características adaptándose a su función. Se dilata, se contrae, se vuelve más blandito, más duro… Está formado por una capa muscular y otra mucosa con glándulas que desempeñan una función primordial en la secreción de moco bajo la influencia del sistema hormonal. Durante la menstruación, el cérvix se vuelve blando y se abre algunos milímetros para ayudar a la salida de la sangre menstrual.
  • CUERPO DEL ÚTERO. Con forma “de pera”, se encuentra detrás de la vejiga. Mide cerca de 7.5 cm de alto y su pared puede tener hasta 2 cm de grosor. Pesa aproximadamente 90 gramos, aunque esto varía según la persona y el momento del ciclo hormonal. Durante el embarazo, el músculo que forma el útero se distiende variando así el útero de tamaño y forma.  Llamamos miometrio a su pared muscular y endometrio a su pared mucosa, la zona más interior. Esta capa mucosa está formada por glándulas y gran cantidad de vasos sanguíneos que, estimulados por la secreción hormonal, se desarrollan en cada ciclo aumentando su espesor y modificando su composición para permitir que el óvulo fecundado “anide”. Este endometrio es el que, en el momento de “caída hormonal”, se descama y necrosa dando lugar a la menstruación.
  • TROMPAS UTERINAS. Dos estructuras huecas que conectan el útero con los ovarios. Miden entre 7 y 12 cm de largo. Por ellas, baja el óvulo que se desprende del ovario durante el proceso de ovulación y migra hasta la cavidad uterina. En las trompas es donde, en caso de que tenga lugar, se produce la fecundación
  • OVARIOS. Se trata de las estructuras gonadales, los órganos reproductores por excelencia. Unidos al útero por el ligamento ancho son del tamaño de una nuez y pesan entre 5 y 10 gramos.  Su tamaño varía en función del momento del ciclo en el que se encuentren, de la edad y otros factores. En ellos se encuentran los folículos ováricos en los distintos momentos de maduración.

Como hemos dicho al principio, hay otros dos actores que, desde la lejanía, son esenciales para el buen funcionamiento de nuestro ciclo menstrual: el hipotálamo y la hipófisis. Ellos se encargan de la secreción hormonal que coordina el funcionamiento de los órganos sexuales. Forman parte del sistema endocrino y se esconden en la base del cráneo, en la llamada silla turca.

La adeno-hipófisis produce FSH y LH estimulada por el hipotálamo y sus hormonas. La FSH y la LH son dos hormonas que, junto con los estrógenos, la progesterona y otras se encargan del ritmo y buena marcha de nuestros ciclos. No debemos olvidarlos, también son órganos de los que depende nuestra menstruación y forman parte de nuestro cuerpo. Hablaremos de ellos con detenimiento en otro momento.

Aunque hay muchas cosas que nos dejamos en el tintero, hoy queríamos dedicar este artículo a acercarnos a nuestro cuerpo. Sus partes, sus misterios, sus escondidos… Recuerda siempre que cada cuerpo es distinto y que el tuyo, por suerte, no es igual que el mío. Todo de lo que aquí hablamos son “generalidades”, “unidades” y descripciones lo más globales posibles.

Te animo a que ahora, después de habernos leído, hagas un ejercicio de “introspección” y autoconocimiento. Búscate e imagina en tu cuerpo todo de lo que hemos hablado, atrévete a descubrirte y hazte dueña de tu anatomía.

Es una experiencia maravillosa el conocerse.

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 BIBLIOGRAFÍA

– Drake RL, Vogl W, Mitchell AWM. GRAY anatomía para estudiantes. 1ª ed. Madrid: Elsevier; 2005.

-Netter FH. Atlas de Anatomia Humana. 3ª ed. Barcelona: Ed. Masson; 2003

-Tortora GJ, Derricskon B. Principios de Anatomía y Fisiología. 11ª ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2006.

-Anatomía del genital femenino. https://www.aego.es/otra-informacion/anatomia-del-genital-femenino

-Órganos genitales externos femeninos. https://www.msdmanuals.com/es-es/hogar/salud-femenina/biolog%C3%ADa-del-aparato-reproductor-femenino/%C3%B3rganos-genitales-externos-femeninos

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